Última dictadura argentina
(1976-1983)
Con la muerte de Juan Domingo Perón, su
esposa María Estela Martínez de Perón asumió la presidencia de la nación en
1974. Durante su presidencia tuvo que afrontar múltiples enfrentamientos,
principalmente con los grupos montoneros (peronistas de izquierda) y el
Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), grupos paramilitares, que realizaban múltiples
ataques contra regimientos de infantería, batallones y demás unidades
militares. Por lo tanto, con el fin de culminar con estos ataques se creo la Alianza Anticomunista
Argentina, Triple A, encabezada por José López Rega, ministro de Bienestar
Social, y nucleada por peronistas de ultra derecha y policías retirados.
En medio de esa conmoción social, la Junta Militar encabezada por
Jorge Rafael Videla, con el nombre de “Proceso de Reorganización”, el 24 de
marzo de 1976 derroca a la presidenta María Estela Martínez de Perón e instaura
su régimen antidemocrático. El objetivo de las fuerzas armadas era culminar de
raíz con las organizaciones guerrilleras, militantes sindicales, políticos
disidentes y todos aquellos sospechosos de atentar contra el gobierno de la época,
llamados “subversivos”, como lo eran por ejemplo, estudiantes y profesores
universitarios, artistas, profesionales, etc. Así, se organizaron los llamados
Grupos de Tareas o “patotas”, compuestos por personal militar y policial, que
secuestraban victimas y las trasladaban a los campos clandestinos de detención,
como El Olimpo, La Perla
o el Vesuvio, donde eran torturadas para obtener información que les permitiera
llevar a cabo nuevas detenciones. Luego se las trasladaban a centros detención,
donde se las seguían torturando y una vez muertas las declaraban fallecidas a
partir de enfrentamientos; también las enterraban clandestinamente en fosas
comunes o las arrojaban al Río de la
Plata, y en muchos casos eran arrojados al río aun con vida o
bajo los efectos de alguna droga, en los llamados “vuelos de la muerte”. Estos
detenidos adquirieron el nombre de “desaparecidos”. En muchos casos, los
desaparecidos eran mujeres embarazadas, que dieron a luz en los campos de
detención; por lo cual, los recién nacidos eran dados en adopción en casas
cunas o adoptados por los mismos militares.
A medida que aumentaba el numero de
desaparecidos, un grupo de madres comenzó a reunirse en torno a la Plaza de mayo pidiendo por
sus hijos y nietos desaparecidos, por lo
que adquirieron el nombre de Madres de Plaza de Mayo.
Los desaparecidos fueron por mucho tiempo,
personas que no se encuentran en su domicilio, hasta que un grupo de
científicos conocidos como el EFA aplicaron la ciencia forense para documentar
este tipo de violaciones a los derechos humanos contribuyendo a la ciencia y a la
justicia, sus investigaciones y resultados fueron utilizados como peritos en
causas judiciales, los familiares de las victimas pudieron saber cual fue el
destino de sus seres queridos y se conoció la verdad. Hoy en la actualidad un
desaparecido fue aquel que se le privo el derecho a la libertad y a la vida.-